El hostigante verano de los dioses puede ser considerada como un palimpsesto de escrituras, ya que cuatro mujeres escriben la historia —una forastera, Inari, Isabel, Hade—, en cuyos textos se entrecruzan el género epistolar, el monólogo, el diálogo, la segunda persona y el relato tradicional. Múltiples voces que se construyen a la manera de cajas chinas y, al mismo tiempo, como cuarto de espejos: una escritura contradice a la otra, la complementa, o la amplía, tanto en la forma como en la presentación de la información. Cada escritura teje la trama, para que la otra la desteja, o cambie los hilos narrativos hacia una nueva dirección y poco a poco el lector se ve obligado a armar el entramado de la historia.
Fanny Buitrago