“Somos como palabras pintadas”, porque la misma vida es poesía, y de ella el poeta extrae lo sustancial de su canto. Los rostros, las calles, los deseos y los recuerdos que se acumulan como tormentas se vierten en el verso para dejar plasmada su presencia, en cuyo universo habitamos. La memoria de lugares y aromas, de días noches, de palabras, historias y voces son una madeja que se alarga y se convierte en música que arropa. Abelardo Leal