La pintura, nos dice Sallis, como la filosofía, busca conjurar la apariencia de las cosas, de tal modo que éstas puedan ocurrir ante nuestros ojos, ante una mirada que debe aprender, a la vez, a dejar aparecer. Y allí, en el juego de las apariencias, donde la verdad se redefine en la comprensión misma de su aparecer, es donde la filosofía puede aprender de la pintura. Aprender a mirar las cosas de otra manera, a descubrir que allí, en la disolución que hace parte fundamental de su existencia, se anuncia un nuevo comienzo.- María del Rosario Acosta