Se ha impuesto la idea de que la conquista solo se puede entender desde identidades culturales absolutas -los europeos, los indios, los negros-, sin tener en cuenta la gran diversidad que cada una de estas categorías encierra. O que las sociedades indígenas se "contaminaron" por el contacto con los conquistadores, como si fueran homogéneas, incapaces de cambiar y carentes de historia. Sin embargo, la conquista es mucho más compleja y rica de lo que nos han contado. ¿Cómo se organizaba una hueste conquistadora? ¿Es cierto que algunos indígenas participaron en las expediciones del lado de los europeos? ¿Cuál fue el papel de las mujeres? ¿Se hubiera podido conquistar América sin esclavos negros? ¿Lo único que buscaban los europeos era oro? Este libro responde a estas y muchas otras cuestiones, desmonta los mitos creados en torno a la conquista y ofrece una visión que permite a los lectores comprender cómo se dio este proceso, especialmente en el trópico, y reflexionar sobre un acontecimiento que merece una visión renovada.