El sello de amberes. Libros Flamencos en Santa Fé, siglos XVI y XVII
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En los siglos XVI y XVII, los Países Bajos meridionales (hoy grosso modo la actual Bélgica) fueron importantes centros culturales y económicos cuya influencia se sintió hasta en la Nueva Granada. La presencia en varias bibliotecas colombianas de libros editados en Amberes y Bruselas es evidencia de esta conexión. Mucho antes de la era digital, estos libros conectaban espacios muy distantes del mundo, como los territorios de la monarquía española a ambos lados del océano Atlántico.
La producción tipográfica de los centros editoriales españoles no igualaba en calidad y volumen a la de los impresores flamencos. Era en Amberes donde los libreros y autores españoles surtían sus tiendas y hacían publicar sus obras. Al tiempo que ello ocurría, se consolidaba el régimen colonial en América y las redes transatlánticas hacían posible la circulación de estos textos, de manera que muchos libros publicados en esa región terminaron en nuestro continente y hoy pueden encontrarse en ciudades como Bogotá, Cartagena o Tunja.
La época estaba marcada en Europa por la Contrarreforma —impulsada por el Concilio de Trento (1545-1563) y replicada en España por los Habsburgo—, las guerras de religión y la creación de las Provincias Unidas (actuales Países Bajos), que se separaron de los Países Bajos Españoles en 1714. Este contexto turbulento no impedía, empero, el desarrollo de las artes y las ciencias, como lo demuestra la producción tipográfica flamenca. Su diversidad es notable no sólo por las materias sobre las que versan los libros, sino por los idiomas en los que fueron escritos, los grabados que aparecían en sus páginas y los impresores que los editaron. Esta riqueza es parte de un patrimonio compartido entre Bélgica y Colombia, entre otros países de Hispanoamérica.
La botánica y la medicina, la cartografía, la geometría y la astronomía, el humanismo y las letras latinas, el derecho, la historia y la literatura española, sin olvidar la teo