Siendo ya un anciano, desde su retiro suizo de Ferney, Voltaire escribe a Diderot para disculparse por las desavenencias del pasado. Comienza así una relación epistolar entre ambos en la que recordarán sus vidas, la aventura de la creación de la Enciclopedia, sus exilios y persecuciones y, cómo no, sus amores y amistades. Desde Catalina la Grande hasta Juan Sebastián Bach, pasando por Rousseau o D’Alambert, todos se dan cita en esta cartas —que jamás existieron y que el autor inventó con un escrupuloso rigor histórico—. Este diálogo constituye una declaración en primera persona de los objetivos de unos hombres que desearon humanizar e iluminar el mundo y que, sin saberlo, fueron los padres de la mayor revolución social y jurídica jamás soñada.
Disponible en:Juan Francisco Ortega Díaz