Una mirada hacia la investigación, la academia y los proyectos periféricos puede darnos una alternativa para esta discusión. En este número, encontramos resultados de investigaciones y proyectos cercanos a las necesidades y deseos de los habitantes, donde estos últimos son realmente el centro de la reflexión. Lugares donde hay ciudadanos organizados que emprenden intervenciones participativas, que crean unidades flexibles, que mezclan usos dentro de la vivienda y que se adaptan a los cambios. En síntesis, comunidades que ayudan a la regeneración del tejido social, algo de gran relevancia en un país como el nuestro, que atraviesa un proceso de posconflicto, entre otros procesos difíciles y prolongados en el tiempo.
Por lo general, los habitantes no se organizan solos, y para ello es necesario que también existan programas, políticas y asociaciones en capacidad de proponer nuevos procesos y que ayuden a consolidar estas unidades vecinales. Dearq recoge una serie de reflexiones, investigaciones, proyectos y escenarios con centro en el habitar y la vivienda contemporánea, que plantean una mirada fresca, que permite cuestionar la calidad de vida de nuestras ciudades. En todo esto, la arquitectura desempeña un papel fundamental ante la actual crisis social y medioambiental y es protagonista por razones como la participación, la innovación, la densidad, la flexibilización y, sobre todo, por quienes la cuidan (o la habitan). Camilo Salazar Ferro Lucas Ariza Parrado