En la entrevista realizada en mayo de este año por medio de la plataforma digital Dezeen,1 la arquitecta danesa Dorte Mandrup reclamaba de los medios y del gremio la cortesía profesional de ser considerada arquitecta sin la necesidad de remarcar que es mujer. La petición de Mandrup es apenas razonable y oportuna, además, para cuestionar la naturaleza del número 20 de la revista Dearq. ¿Por qué y para qué un número sobre mujeres en arquitectura? ¿Es realmente necesario? La respuesta a la segunda pregunta es sí. La respuesta a la primera pregunta la da la lectura de este número. Anticipo, en todo caso, la pertinencia y urgencia que demuestran tanto la temática elegida como los artículos publicados. Este número pretende visibilizar discusiones e investigaciones sobre el papel de las mujeres en la arquitectura, así como la arquitectura hecha por mujeres. En nuestro medio local y en nuestro gremio hay una lamentable negligencia al momento de visibilizar el papel que desempeñan las mujeres en la arquitectura.