La obra propone una reflexión sobre la tortura y el sistema torturador que la permite. Los analiza desde un punto de vista sociopolítico además de psicológico, lo que hace posible ver las lógicas del sistema, comprender lo que está en juego. La práctica de la tortura es el culmen de la voluntad de deshumanización y sitúa "fuera del lazo social" al ser humano que ha sufrido. Preguntas como ¿es realmente posible liberarse de sus efectos?, ¿cómo altera la tortura al ser que la ha sufrido? son las que Muriel Montagut intenta responder en este libro, que parten del reencuentro con antiguos pacientes víctimas de torturas años después de finalizado el acompañamiento terapéutico.